Está claro que el agua micelar lleva unos cuantos años con nosotros y a pesar de que su aceptación por parte del público fue bastante lenta, a día de hoy hay poca gente que no haya usado o por lo menos oído hablar de ella. Más recientemente algunas marcas de cosmética (incluida la nuestra) han lanzado geles micelares y en este blog explicaremos de qué están hechos, para qué sirven y cuáles son las diferencias con respecto al agua micelar.
La piel es nuestro órgano más extenso y está expuesta a todo tipo de agentes externos, frío, calor, rayos ultravioletas, contaminación, etc. por eso debemos cuidarla tanto o más que a otros órganos. Es necesario limpiar, hidratar y cuidar la piel para que pueda cumplir con su función de protección de forma adecuada.
Para empezar, las micelas son estructuras microscópicas que a grandes rasgos consisten de dos partes, una que repele el agua y otra que la atrae. Ahora bien, ¿para qué sirven estas dos partes? La primera se encarga de solubilizar y atrapar la grasa y suciedad de nuestra piel, sea esta de origen natural como la piel muerta o sebo o bien proveniente de agentes externos tales como el maquillaje y la contaminación. La segunda parte de la micela se encarga de arrastrar la suciedad recogida por la primera y facilita su transporte y eliminación cuando nos lavamos la cara.
El gel micelar incluye las magníficas propiedades del agua micelar, la cual hace un trabajo estupendo a la hora de limpiar la piel de forma suave y sin irritaciones, por lo que está indicado para todo tipo de pieles y además ofrece otras ventajas que no son posibles para el agua micelar debido a sus características, aquí tienes algunas:
El gel micelar prepara la piel para la aplicación de otros productos, como nuestro serum facial antiedad, ya que los poros están limpios de impurezas y sus principios activos son absorbidos de forma más eficaz.
Ambos productos tienen una base acuosa que hace que sean perfectos para limpiar todo tipo de pieles sin engrasarlas o resecarlas. El gel micelar tiene la ventaja añadida de poder incluir otros ingredientes que mejoran sus cualidades, algunos de los que utilizamos en el nuestro son el aceite esencial de hierbabuena, que abre los poros para una limpieza a fondo y tonifica la piel. Ortiga blanca, indicada para tratar irritaciones, es antiinflamatoria, bactericida y antiséptica. Aceite de semilla de albaricoque que aporta regeneración, nutre, hidrata, protege y calma la epidermis.
Además, el agua micelar es más difícil de dosificar, con lo cual normalmente gastamos más cantidad de la que necesitamos y si estamos un poco torpes por la mañana y se nos vuelca el bote, se nos derramaría. En este aspecto el gel también es superior al agua, ya que el bote cuenta con una bomba que dispensa siempre la misma cantidad y en caso de accidentes no se desperdiciaría producto.
En definitiva, el gel micelar es la mejor opción para limpiar tu piel tanto por la mañana antes de prepararte para ir a estudiar o trabajar como por la noche antes de hidratarla para ir a la cama.
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